La prediccion fue buena. A medida que subia por la costa oeste malaya los dias fueron mucho mas soleados. Me ha venido bien para coger algo de color, un poco mas :)
Mi primera parada tras salir de la KL fue una pequenya isla situada a medio camino entre la capital y la frontera con Thailandia, Pulau Pangkor. Para mi sorpresa el lugar se encontraba lleno de turistas (de turistas malayos) y los hoteles de mi presupuesto lucian todos el cartel de "Completo" en la entrada. Fue en ese momento cuando conoci a Cam (no hay mal que por bien no venga), un escritor americano de Boston con genes holandeses (un encanto de tio!) que estudio en Sevilla... viviendo en el barrio verdiblanco por excelencia, en Triana!
Ambos ibamos a la busqueda de una "cheap room" y ante la dificultad acabamos compartiendo habitacion. La isla de Pangkor... bonita, sin mas, y con pocas cosas por ver y visitar. Casi seguro la recordare por ser el lugar donde, sin darme cuenta, borre de la targeta de la camara el 95% de las fotos (desde Varanasi!) sin poder recuperarlas. Aaaargh! Con el disgusto fui de inmediato a comprarme galletas... de chocolate, of course.
Ahora escribo desde el autobus que me dejara en Krabi, ya en Tailandia, pasadas las doce de la noche. Los 5 autobuses, 3 ferrys, 2 taxis, la moto-taxi y el jeep compartido a los que me subi en los ultimos dos dias... me vienen a decir que en las ultimas 48h, practicamente, solo he viajado.
El porque de tanto vehiculo era la intencion de parar unos dias en la isla de Langkawi. Y pare. En unas horas me di cuenta que la isla era demasiado turistica para mi gusto... un par de horas estuve buscando habitacion con la mochila a cuestas y un calor de espanto! Encontrandome de nuevo el reluciente letreto con la palabra "Full"... siendo lo que mas leia a mi paso. Y me rendi.
Llegue a Langkawi sobre las once de la manyana y a las cinco ya embarcaba para llegar por mar a Thailandia. Un dia para olvidar sino hubiese sido por Jordi y "la catalana" (lo siento, no retuve su nombre) con los que coincidi mientras hacia tiempo en un bar para coger el ultimo autobus. Una cerveza fue tiempo suficiente para contarles por encima mi andadura y que los ultimos pasos dados por Malasia (su destino) no serian santo de mi devocion. Ellos me contaron la suya. Esta pasaba por Camboya, China, Vietnam... para las ultimas tres semanas recorrer Thailandia prescindiendo de hoteles y dormir en templos budistas. Menuda epopeya!
Se escucho/hable catalan durante hora y media en un bar junto a la frontera malayo-thailandesa. Y no hubo tiempo para mas, me esperaba el autobus en el que viajo ahora. Bueno si, para regalarles un libro ya terminado de 700 paginas y, de paso, deshacerme de un buen peso de encima. Ellos, al llevar en aquel momento lo puesto, me regalaron un paquete de caramelos Ricola. Con sabor a fresa.
p.d. La modernidad malaya desaparece en la arena de las playas donde tanto los hombres como las mujeres se banyan vestid@s/tapad@s (en la India solo lo hacian las mujeres). Ni un hombro, ni una nalga, nada de nada! Aun asi lo respeto, al fin y al cabo, es su cultura. O no?
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