Afirmativo. Pisar dos veces Phnom Pehn en un espacio de tiempo de dos semanas es sinonimo de lugares, gente y una experiencia bien diferente. Esta vez cambie el compartir litera en una aburrida calle junto a la avenida que bordea el Mekong por una habitacion claustofobica junto al lago Boeng Kak... un autentico oasis en plena ciudad donde he tenido la oportunidad de conocer a muchos mochileros. Entre ellos a Joan, un marselles que residio en Bcn y que con treinta y pocos ya se ha recorrido medio planeta.
No recordare a esta capital de complicado nombre por sus monumentos (aparte del Palacio Real, donde no estuve, hay poco mas por ver), ni por su comida, ni por sus zonas ajardinadas (por no haberlas).
La recordare por ser una ciudad alegre y activa. Por su gente (lo mejor de Camboya). Por su infinidad de cruces sin semaforos. Por sus dos grandes mercados (la alegria de la huerta/ciudad). Por salir durante un par de noches sin encontrar un local decente y con buena musica. Por tener aun pinceladas del color de la postguerra. Por encontrarme un Iphone nuevecito de trinca al subirme a un tuk-tuk (llevo dos dias sin parar de hacer fotos)...
... y por la visita a la S21: una antigua escuela reconvertida en prision y sala de torturas por donde pasaron mas de doce mil personas durante el regimen jemer... saliendo con el corazon encogido por las fotos que alli se mostraban. Tremendo!
Manyana volvere a Thailandia para echar el ancla en la isla de Ko Chang donde ya estuve el anyo pasado. En esta ocasion no parare en White Sand Beach... me pienso ir a la busqueda de la aislada Long Beach por recomendacion de Joan. Al parecer solo hay unos pocos bungalows, un par de lugares para comer y poco mas. Ni telefonos, ni tiendas, ni internet... Ya tengo ganas de llegar.
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